Mi silencio

Créele a mi silencio que quiere decir todo pero siempre es muy tarde para empezár a hablar.
Créele a mi silencio porque hasta en su peor delirio te ama.
Créele
Aunque no diga nada. Aunque se pudra y amanezca desubicado.
Créele a mi silencio que viaja de madrugada y no para. 

Anda siempre sólo y sin esperanza.
Créele porque siempre lo han llamado mentiroso.
Créele por que ya no tiene fe en nada.
Créele a mi silencio porque a veces cura y cura tanto que termina muriendo sin palabras
Créele aunque mientras y se muerda la lengua
Aunque él mismo se quisiera quebrar y romper para que por fin alguien le creyera

Cartas sin enviar: aún te amo pero no recuerdo cómo

Han pasado muchos meses desde que se que estas con alguien más. 

Verte feliz con otra al principio fue como una tortura medieval llevada a cabo en pleno siglo XXI.

El dolor fue parte de lo cotidiano, luego fue costumbre, luego calma, luego resignación, luego risa, luego nada. 

Todo lo que sentí por ti se redujo a un vacío incuestionable. 

Me fui quedando sin razones para cagarla y llamarte un Domingo tarde pidiéndote, implorando verte el Lunes siguiente.

Ayer me hubiera encantado tener ésta sensación de no sentir nada. 

Hubiera dado todos mis discos originales porque el amor que sentía se convirtiera en nada. 

Es gracioso porque hoy esto me asusta y cada que miro el espejo se va haciendo más tarde para todo. Tarde para crecer. Tarde para comenzar a planear una vida que ya se comió la mitad.

En fin, que ésta sensación de crecer inútilmente, más la de ser un saco de huesos que sólo carga recuerdos de un amor verdadero convertido en historia, me asusta, no sabes cuánto.

Ya no tengo nada de ti más que recuerdos que son miniclips de una vida que nunca viví. 

Parece que todos los momentos te los fui regresando uno a uno. No me queda casi nada pues te veo y ya no siento la guerra, la calma y la emoción .

No te pediré perdón porque algún día dije que mi amor era para siempre: Te amo, sólo que no recuerdo cómo.

Cartas sin enviar: El noamor

«Mi amor se ha vuelto gris como la piel de un hombre moribundo» , dice la canción (*).

Pero el amor merece un lugar en el corazón mientras que el noamor sólo juguetea con las tripas, con el pecho y con la risa.
No es amor  pues ya no te busco, pero es un noamor auténtico que aún espera encontrarte con todas sus fuerzas.
El noamor es amor frustrado al que el tiempo y su quietud desesperante le pasaron encima, y todo aquello que alguna vez le hizo hacer promesas ridículas hoy no es más que un recuerdo de algo que no existió.

Pero para ti todo esto pasa invisible, pasa como un gesto que me cuesta formar con todas las partes de mi cara. Es la sonrisa, es el perdón, es un saludo inocente que esconde un noamor tan fuerte. Tan soñador, con la autentica locura de vivir a pesar de los contratiempos.

Si supieras que mi noamor todavía se atreve a hacer cosas estúpidas por ti y hay risas en sus planes. Planes que si esto fuera amor se llevarían acabo, planes que nunca serán.
Mi noamor sabe que es imposible no sentirse triste porque hoy no te encontré a pesar de que te busqué cada segundo de la tarde.
Mi noamor es sordo, cojo ... pobrecito. He llegado a pensar que mi noamor sólo busca vivir de una manera acomodada, felizmente acorbardado. Felizmente estacionado en algo imposible pero menos triste que amarrarse una cuerda al cuello.

Mi noamor tan patético, ojalá algún día deje de conducirme hacia ti.

Ojalá, maldito loco.


(*) One of my turns - Pink Floyd.

¿Querer o superar?

Quisiera superar lo insuperable.

Superar lo inamovible.

Superar lo que no cabe en una palabra.

Superar lo que no te dije.

Superar los recuerdos que no existieron.

Superar el plan que llegó tarde.

Superar todo lo que tuve decir para no verte.

Superar el día que te conocí.

Superar cuando te reías.

Superar las escenas incómodas que tuvimos que soportar.

Superar mi molestia.

Superar tu silencio.

Superar la inocencia .

Superar el pasado, superar el tiempo.

Superar que aún te deseo.

Superar que nunca haré nada.

Nada, nunca.

Superar que no te quiero, sólo quiero, por fin .... superarte.

El verdadero amor

Amo la falta de ganas con que despiertas las mañanas y miras el techo diciendo "ya es tarde". Sabes que será un día sin sorpresas y admiras los chistes en los que piensas mientras te quitas las ropa par bañarte, para ti todo es gracioso a esa hora de la mañana. Amo la manera ridícula en la que enrollas la toalla en tu cabeza porque no te gusta sentir el pelo mojado antes de ponerte los tenis. Amo como te sientas y te miras al espejo esperando que no esté la silueta de los veinte otra vez.
Amo como compras comida cara que no te comerás, sabiendo que ese dinero te hará falta al final de la quincena. Amo que siempre pretendas ser rica aunque eres más pobre de lo que puedes soportar. Amo tus apariencias ridículas.
Y tu tristeza vespertina. El robot en el que te conviertes en la desesperación de la tarde. Siempre juzgando la felicidad ajena. Te mantiene intranquila la felicidad de los demás, su fácil alegría, sus simples vidas de un solo color, de un solo propósito. Amo que mantienes la esperanza en el mañana aunque mañana no harás nada. Amo tus plantes que no llevas acabo. Amo tus fracasos. Amo la sombra de tus fantasmas que a media noche te hacen pensar sola y sentir miedo. Amo la vida que tenias antes de conocerme.
Amo tu niñez simple, sin muchos recuerdos que valgan la pena contar. Amo el descaro con que le fallas a todos y se los demuestras una y otra vez, les haces ver que te gusta fallarles. Amo el día que conocí tu soberbia necia que hace que nunca ruegues a nadie.
Amo mirar tus fotos y el cabello que odias. Amo las veces que fallaste y lo volviste a intentar solo porque odias que los demás te vean débil. Amo tus dudas sobre la gente que hace favores. Amo que te creas un rey que no necesita aprender del mas mínimo error. Amo tus celos egoístas que me disgustan. Amo que tu labial que se me quede en la ropa. Amo que te de vergüenza tu cuerpo.

Amo que siempre, no importa lo que cueste, sigues siendo sólo lo que tú quieres.

Celebraré que hoy hice una canción que suena mal

Hoy celebraré que no quiero despertar.  Celebraré que he hecho las cosas mal.  Celebraré que he engordado. Celebrare que no he empezado a cuidar mi salud. Celebraré que no he tomado los consejos de mis amigos. Celebraré que sigo mirando la ventana apropósito para perder el tiempo. Celebraré que de diez propósitos que tenía he fracasado en veinte. Celebraré que mi cuarto hay comida de cinco días. Celebraré que hace meses no tengo sexo. Celebraré que quedan menos cosas que me dan verdadera satisfacción. Celebraré que no he podido eliminar la maldita presión del tiempo que corre velozmente. Celebraré por esa gente que tiene lo que yo quiero. Celebraré con las cenizas de este cigarro, que no significan nada.  Celebraré que me quedan menos amigos. Celebraré por todas esas veces que "he empezado de nuevo" (y he fracasado). Celebraré que he pensado en desaparecerme del mundo. Celebraré que voy por la calle de noche, teniendo miedo. Celebraré que otra vez no le hablé a la chica que me gustó de la fiesta. Celebraré que estoy sobria en viernes. Celebraré que me aburren las fiestas. Celebraré que me aburren los lugares de la gente rica y me dan miedo los de la gente pobre. Celebraré que he besado a un desconocido, en un lugar desconocido y me sentí fría como un robot besando una pared. Celebraré con risas y llantos. Celebrare en silencio como siempre hago al regresar de casa de mi madre a mi solitaria habitación. Celebraré la libertad que no sirve para nada. Celebraré que la extraño. Celebraré que hoy hice una canción que suena mal. Celebraré que no hay nada porqué llorar realmente. Celebraré que aún no hay nada que celebrar.

Disculpas Anticipadas

No hay rencor que guardar pues todo lo hiciste bien. 

No te puedo guardar nada. Sólo guardaré silencio.

Guardaré lo poco que me cabe en el puño de la mano 

pues eso me dicta la lógica acerca de decirle 

adiós a alguien que se fue sin avisar.

Qué más podría decirte. 

El sentir no tiene argumentos para salir huyendo. 

Y la costumbre nunca se irá 

sin sentir remordimiento de lo que pudo ser.

Que muchas cosas nos pesan pero ya nada sirve de equilibrio. 

Así que para qué consultar esa realidad 

acompañada llena de recuerdos que se quedaron en el "lo haremos".

Cuando nos debemos mucho todavía. 

Nos debemos cosas que ya no tienen precio. 

Que ya no se podrían pagar 

ni aunque juntásemos todo nuestro silencio.

Así que no te vayas despidiéndote, no quiero parecer un tonto. 

No te vayas diciendo que fue lo mejor, 

porque en pocas palabras, 

lo mejor sería que te quedaras.