Monday, May 2, 2011

La lluvia y el mundo que no escogí

El humor negro del asfalto empuja lento el atardecer. 
Los túneles se abren y me llevan hacía una furiosa tarde que no escogí. 
Y vago sólo en la prisa que se me dio por regalo un día sin suerte.
Las paredes encierran paredes.
Y las imágenes encierran amor.
La expresión de las avenidas asfixia los locales y enferma a las personas 
de una enfermedad invisible.

Hombres cayendo en linea recta y nadie se da cuenta.
No quiero respirar otra vez, se me olvido como debía de estar vivo.
La lluvia cae del cielo y resbala por mis ojos.
Miro las horas y miro el reloj.
 Y siempre quedan espacios que rellenar de algo casual, divertido, falso aunque sea: 
Lo que sea.

Muevo el mundo para poder encontrar algo me enferme de libertad plena.
Muevo horas, minutos y nunca aparece.
Algo se va y yo me quedo a la mitad.
Esperando que el mismo camino que me aleja, 
sea por fin, 
el que me regresa.

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