El humor negro del asfalto empuja lento el atardecer.
Los túneles se abren y me llevan hacía una furiosa tarde que no escogí.
Y vago sólo en la prisa que se me dio por regalo un día sin suerte.
Las paredes encierran paredes.
Y las imágenes encierran amor.
Y las imágenes encierran amor.
La expresión de las avenidas asfixia los locales y enferma a las personas
de una enfermedad invisible.
Hombres cayendo en linea recta y nadie se da cuenta.
No quiero respirar otra vez, se me olvido como debía de estar vivo.
La lluvia cae del cielo y resbala por mis ojos.
Miro las horas y miro el reloj.
Y siempre quedan espacios que rellenar de algo casual, divertido, falso aunque sea:
Lo que sea.
Muevo el mundo para poder encontrar algo me enferme de libertad plena.
Muevo horas, minutos y nunca aparece.
Algo se va y yo me quedo a la mitad.
Esperando que el mismo camino que me aleja,
sea por fin,
el que me regresa.
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